
Disfrutar de una casa centenaria con el máximo confort y el mínimo consumo energético.
El reto era intervenir en una vivienda construida en 1918 conservando la volumetría y fachada original a la calle pero mejorando sus prestaciones de confort térmico y acústico. Los sistemas constructivos y materiales utilizados en la rehabilitación han permitido alcanzar el objetivo disminuyendo al mismo tiempo la demanda energética de 171 kWh/m2a a 17 kWh/m2a (rehabilitación energética de factor 10), transformando una edificación tradicional existente en una Casa Pasiva en sólo 120 días.
Tres factores añadían dificultad a la operación: la mala orientación y poca libertad volumétrica -se trata de una vivienda entre medianeras con el jardín a noreste-; un presupuesto acotado y un plazo de ejecución ajustadísimo.