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domingo, 27 de marzo de 2011

Silla BKF

 fuente: Tectonica Blog

 Interesante artículo en Tectónica Blog sobre la silla de Bonet Castellana, Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy.

Antonio Bonet había comenzado a trabajar con Sert y Torrés Clavé en 1932, había estado vinculado al GATCPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea) y en 1936, recién finalizados sus estudios de arquitectura, viajó a París para iniciar su colaboración con el estudio de Le Corbusier. Ese mismo año, en España, estalló la guerra.

Los argentinos Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy hicieron un camino más largo para llegar hasta el 35 de la Rue Sèvres. Allí se encontraron con Bonet. Los tres arquitectos dejaron atrás París y se instalaron en Argentina, donde fundaron el Grupo Austral. A pesar de su empeño en transmitir por todo Sudamérica el mensaje de la arquitectura moderna, su creación más célebre fue una frágil silla formada por una pieza textil colgada de un enjuto esqueleto metálico: la BKF.
Kurchan en la BKF. Por asnnoise.com.ar
Kurchan en la BKF. Por asnnoise.com.ar
La pieza fue diseñada para un edificio de Buenos Aires, proyectado por los tres arquitectos a finales de los años 30. El primer nombre que recibió fue Modelo Austral, aunque posteriormente adoptó el nombre de las primeras letras del apellido de sus creadores. También fue conocida como butterfly o, incluso, como silla Hardoy.
Recordaba a la silla Tripolina, utilizada desde el siglo XIX por el ejército inglés en el Norte de África. La BKF, sin embargo, era un objeto mucho más refinado y sencillo. Lejos de la práctica silla castrense, plegable y fabricada en madera, el diseño de Bonet, Kurchan y Ferrari se resolvía con un esbelto armazón fabricado en acero macizo sobre el que se colocaba un guante de cuero para conformar el asiento y el respaldo.
El esqueleto estaba formado sólo por dos bucles metálicos soldados de 12,7 milímetros de diámetro, doblados con máquinas hidráulicas pero pulidas a mano para alcanzar un acabado continuo. Posteriormente, el armazón era tratado con pinturas epoxi de cocción a alta temperatura y recibía un tratamiento superficial de protección. La sofisticación de la BKF llevó a los arquitectos a presentarla al Salon de Artistas Decoradores de Buenos Aires a principios de la década de 1940, donde surgió el embrión de una popularidad que acabaría por convertirla en icono del diseño contemporáneo argentino.
Silla BKF. Por arquired.es
Silla BKF. Por arquired.es

Boceto de la BKF. Por asnnoise.com.ar
Boceto de la BKF. Por asnnoise.com.ar

Bonet y su hija en la BKF. Por bigbkf.com.ar

Bonet y su hija en la BKF. Por bigbkf.com.ar
La particularidad de la silla residía en no haber sido concebida para una postura concreta: cada persona podía escoger cómo sentarse, tumbarse o recostarse. No había una estricta intención ergonómica ni una búsqueda pragmática de la silla perfecta. La BKF estaba más cerca de una hamaca, de un trozo de tela sobre el que descansar mientras se deja pasar el tiempo.
Diferentes posturas en la BKF. Por dilodiseno.com.ar
 Diferentes posturas en la BKF. Por dilodiseno.com.ar

Desde el primer momento se mostró además como una pieza con capacidad de variación: su esqueleto se fabricó en acero chapado o pintado, y el cuero que lo recubría aceptó con los años estampados diseñados por artistas argentinos como Clorindo Testa, Rogelio Polesello o Luis Fernando Benedit. El mercado sudamericano recibió la BKF con entusiasmo, y no tardó en ser exportada.
Los primeros ejemplares fueron exportados a Estados Unidos en 1943 por Edgar Kauffman. En los añosprevios a la Segunda Guerra Mundial, la BKF fue fabricada por Artek-Pascoe, y tras la contienda fue la empresa americana Knoll la encargada de su producción. También en Estados Unidos se hizo popular la pieza de Bonet, Kurchan y Ferrari, hasta alcanzar los cinco millones de ejemplares vendidos y, finalmente, un puesto en el MoMA.

Publicidad de la BKF. Por asnnoise.com.ar
 Publicidad de la BKF. Por asnnoise.com.ar

BKF a la venta en EEUU. Por asnnoise.com.ar
 BKF a la venta en EEUU. Por asnnoise.com.ar

BKF en la portada de la revista 'Life' en español. Por asnnoise.com.ar
 BKF en la portada de la revista 'Life' en español. Por asnnoise.com.ar

Su éxito comercial derivó en un ingente número de copias que desmerecían el diseño original. Muchas de estas versiones contaban con varillas plegables de acero y cuerpo de lienzo en lugar del original de cuero. Eran, en muchos casos, piezas más prácticas: apilables, cómodas y resistentes a la intemperie. Pero carecían de la frágil presencia que distingue la BKF de las demás sillas.

Versión plegable de la BKF. Por decoratrix.com
Versión plegable de la BKF. Por decoratrix.com

Versiones de la BKF. Por anexosolanadelmar.blogspot.com
Versiones de la BKF. Por anexosolanadelmar.blogspot.com

Antonio Bonet murió en Barcelona, la ciudad donde había nacido. La Guerra Civil lo alejó de España durante décadas, y gran parte de su vida transcurrió en Uruguay y Argentina. Entre los que se quedaron, algunos no sobrevivieron: Torres Clavé murió en una trinchera en el Frente de Lérida. Era 1939, el año que Bonet presentaba al mundo la BKF con sus socios argentinos.
BLC

1 comentario:

precios de sillas de oficina dijo...

Una historia muy interesante la de esta silla multifuncional. Ahora se tiene en cuenta más la ergonomía para conseguir sillas más confortables. Saludos.

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