HIC*: Arquitectura como función y transición | Marta Rodríguez Bosch

miércoles, 23 de marzo de 2011

Arquitectura como función y transición | Marta Rodríguez Bosch

Fuente: CULTURAS de La Vanguardia. 23 de marzo de 2011
Imágen: Pedro Pegenaute




Olga Felip y Josep Camps (ARQUITECTURIA)  El trabajo de estos jóvenes arquitectos catalanes ha cosechado durante el 2010 reconocimiento nacional e internacional y varios galardones



Desde el año 2005 en que fundaron el despacho Arquitecturia, Olga Felip (Girona, 1980) y Josep Camps (Tortosa, 1975) llevan ganados una decena de concursos de arquitectura pública para realizar equipamientos educativos, sanitarios, culturales. Un buen ramillete de primeros premios que están en construcción, en proyecto o ya finalizados, como el centro cívico Ferreries y la plaza del Ábsidede la catedral de Tortosa, los dos en esa ciudad tarraconense. Ambas realizaciones les han valido el último premio AJAC VII (de carácter bienal organizado por la Agrupación de Jóvenes Arquitectos de Catalunya). Y Ferreries también ha obtenido reconocimiento en los premios Arquitectura Emergente AR (de ámbito internacional, que concede la prestigiosa revista británica The Arquitectural Review).Además, por el conjunto de su trabajo han sido incluidos en los "40 under 40" (selección de jóvenes talentos en Europa, impulsada por el European Centre of Architecture y The Chicago Athenaeum). 


Esta envidiable velocidad de crucero se ralentiza en el despacho de Felip y Camps en el momento de abordar cada proyecto, con el inicio de un minucioso rastreo de pistas sobre el terreno a intervenir y, más tarde, una notable implicación en la fase de obras. Los dos proyectos de Tortosa, además de su programa intrínseco de plaza y centro cívico, están contemplados como espacios de transición, una característica apreciable en la mayoría de sus trabajos. En la plaza del Ábsidees transición topográfica entre el castillo de la Zuda y el río Ebro: una plaza entendida como punto que articula el carácter cotidiano de lo urbano y la monumentalidad y representatividad del castillo y la catedral. En ella se ha recuperado el nivel original de la base de la catedral para percibir todo su perímetro. Y es el propio pavimento y escaleras que salvan el desnivel existente los que amueblan el espacio público, conformando una grada para sentarse, contemplar o ascender. La plaza se convierte así en mirador, base de actividades y a la vez espacio recogido que abraza el ábside y dignifica una zona de paso en distintas direcciones del barrio. 


En el centro cívico Ferreries han preservado la gran nave del antiguo mercado en desuso y aprovechado la ampliación - un volumen abstracto y perfilado con precisión-para generar un espacio que relaciona el edificio con la plaza contigua. El interior de la nave del mercado queda forrado por un enlistonado de madera pintada en blanco que unifica el espacio, ordena huecosyala vez matiza la entrada de luz. "Una luz barroca - apuntan los arquitectos-que resbala por los paños, intensa pero matizada". El efecto óptico del rayado blanco y negro hace que vibremos dentro de una obra próxima al Opart. El juego de contrastes se extiende a la ampliación, revestida con una greca de metal perforado y lamas verticales negras. Los dos edificios, viejo y nuevo, se contraponen en altura, cromatismo e iluminación. Aquí la introversión es blanca y la extroversión oscura. Pero aunque trastoca patrones, apela a la lógica de la luz para un interior que la necesita y un exterior que va sobrado. Al anochecer el edificio nuevo iluminado cobra toda su expresividad. 

Morfología irregular En el caso de los juzgados de Balaguer, Felip y Camps se enfrentan a como conciliar las necesidades del programa estricto de un edificio judicial, con su encaje en la densa trama de un casco antiguo de morfología irregular, en la ladera de una colina. Lo resuelven con un edificio que "presiona los límites del propio solar", pero cuyo volumen exterior ha sido esculpido para respetar alineaciones, visuales y huellas urbanas. Su acomodación a ese interior de estructura clara y regular se produce en el espacio intersticial que define el grueso de la fachada. Esta regula aspectos de luminosidad e intimidad, y ha sido concebida como un filtro que ofrece seguridad y privacidad a jueces y usuarios. El edificio del Centro de visitantes de la Central Nuclear de Ascó, por el contrario, se encuentra en un solar sin referentes físicos construidos y se erige como edificio singular. Se ha planteado como un mirador, situado al límite del acantilado entre la central y el Ebro y la central y el pueblo. Con una zona pública previa de recepción, que es espacio exterior de acogida y exposición, entrelaza usos y enmarca visiones. 

Función social Los proyectos de este joven pero maduro despacho profundizan en su condición de espacios capaces de acoger otros, intervenciones a transitar, franqueables. Lugares para mirar desde ellos, a través de ellos y, desde luego, hacia ellos. 

Ante la pregunta, ¿cuál es la función como arquitectos desde su actual atalaya?, Olga Felip y Josep Camps responden en varias direcciones: configurar espacio público. La función social, no por tópica, menos verdadera. Y un cambio de postura. "Nuestra generación - comentan-tiene que romper con esa imagen de figura problemática y con superego del arquitecto. Es un profesional más que realiza su trabajo tras dialogar con mucha gente. Forma parte de un colectivo que colabora a la hora de resolver problemas. El arquitecto también debe ejercer funciones en las decisiones embrionarias de ciudad". Es decir, aportar sus conocimientos en cómo y dónde implantar la arquitectura. Felip y Camps se identifican con la nueva generación de arquitectos "antidivos y antihéroes" que no se tienen que revelar para hacer su obra, sino que han de saber gestionarla bien. El propio nombre de despacho, Arquitecturia (en catalán), está en esa línea de despersonalización y equipo. Remite al talante de empresa de una ingeniería, pero también al oficio y práctica muy directa de, por ejemplo, una panadería. 

En arquitectura, ¿cuáles son sus referentes? Felip y Camps no tienen grandes mitos lejanos. Se refieren primordialmente a las enseñanzas y cotidiana generosidad docente de sus profesores de la facultad de arquitectura de Barcelona: Elías Torres, Carlos Ferrater, Carme Pigem, Esteve Bonell, Javier San José… sin olvidar a los de Historia de la Arquitectura: Azua, Azara, Lahuerta… Este agradecimiento a sus maestros más directos dice bastante sobre ellos y sobre lo que ha sido la ETS de Arquitectura de Barcelona durante sus años de formación, que ahora da sus frutos. 

1 comentario:

Jan X.C. dijo...

Quina "sablejada" d'article... el reguitzell de noms de professors que deixa anar la periodista aquesta està extret d'una entrevista (sense citar-la! però quina mena de periodisme és aquest!?) "online" que el RIBA -el COAC de ses illes britàniques- li va fer a la Felip el febrer passat... es pot llegir sencera aquí -i amb més dosi, no només llums sinó també ombres, d'informació del nou despatx "de moda" del país-...:

http://arquicatalana.blogspot.com/2011/03/josep-camps-i-olga-felip.html

Hom ha d'entendre que la generació que puja és "antidiva" en relació a la generació anterior? O només és una forma més de "matar el pare"? És Llinàs -que no és de la generació anterior sinó potser de dues generacions de distància- un "divo"? Ho és Jaume Bach? Perquè? Perquè porta "guants" a les obres?...

Com deia Diane Keaton a Annie Hall -o Manhattan, o la que fos-: La di da... És a dir: No "cola".
Millor buscar-se un "motto" generacional una mica més curradet o això, historiogràficament i culturalment, no va enlloc.

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