HIC*: Hospederia del Turismo - dosmasuno arquitectos

martes, 7 de diciembre de 2010

Hospederia del Turismo - dosmasuno arquitectos

Erase una vez...
Como en los cuentos, el dragón se ha reencontrado con su castillo. Ha buscado un pequeño rincón donde descansar enroscado y desde el que vigilar desde la distancia el devenir de la atalaya.
En su posición reposada ha ordenado el solar que nos ocupa, estableciendo diversos ámbitos exteriores acotados y cualificados para acoger los accesos, y convertirse en extensión de los diversos usos de la hospedería.
Asi se ha enroscado entorno al claustro al que vierten los usos externos-internos de ocio, restaurante y spa. Ha mostrado su lomo al sol, para acoger todo el cuerpo de habitacioness que miran desde sus ojos saltones al castillo. Ha levantado su largo cuello para permitir la aparición de un zaguán cubierto desde el que acceder a la  hospedería y al salón decelebraciones.
Ha reposado la cabeza sobre los restos de una antigua iglesia, renovando así su uso, actualizando así su contenido y dotando de personalidad al elemento que será imagen del conjunto.

Y  es aquí donde el proyecto asume la preexistencia como el mayor de sus valores. Trabajar con la rehabilitación de un elemento histórico no implica necesariamente la reconstrucción pieza a pieza de lo devastado.
Al contrario, la actualización del uso y la puesta en valor del elemento, pasa necesariamente por interpretar su vinculación con el presente.
Así, se realizará una rehabilitación cuidadosa de lo existente, de todos aquellos elementos que se han conservado con el paso del tiempo, y  se propone la intervención contemporánea sobre los requerimientos estrictos: una nueva cubierta.
La cabeza del dragón, que aloja en su interior el café, caracteriza una propuesta retirada del primer plano, asomando los ojos sobre la silueta actual de la iglesia.
Y  construye la singularidad de la sala de celebraciones, en la que dramáticos rayos de luz natural conducida, matizan la homogeneidad silenciosa del tratamiento restaurador.
Y fueron felices...




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