HIC*: De la honestidad constructiva | Ecotopología Epigonal

miércoles, 17 de octubre de 2012

De la honestidad constructiva | Ecotopología Epigonal

"La honestidad constructiva es importante, entre otras cosas, porque su relación con la honestidad personal suele ser directamente proporcional. Se promueven a sí mismas y entre ellas.

Como civilización estas cuestiones nos definen permanentemente. Habitantes del siglo XXII descubrirán las ruinas de Las Vegas y sólo encontrarán cartón piedra. Tendrán la tentación, la pereza y la desfachatez de pensar que todos fuimos iguales.

Fue constructivamente honesto, por ejemplo en Ibiza, levantar muros de piedra seca para delimitar propiedades o formar bancales. Que crecieran plantas entre las juntas reforzándolas. Que resistieran el paso del tiempo. Y que se extendieran por las laderas de las montañas porque se necesitaban los bancales para cultivarlos y vivir de ellos...."


link al artículo completo en ECOTOPOLOGIA EPIGONAL

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Madre mía, vaya artículo más vomitivo. La honestidad constructiva se fundamenta en el materialismo. Si el edificio está concebido como un proceso de trabajo, si en él se ve que la construcción es trabajo, si se ve exactamente qué trabajo es, y si este proceso de trabajo está abierto para ser convertido en más trabajo, entonces el proyecto es honesto. Nada de desfachateces, honestidad personal, tentaciones, ni morales jesuíticas de tercer orden.

Anónimo dijo...

También me gustaría criticar otro artículo lamentable de el blog: "De lo nunca visto".

Ese artículo hace un acercamiento muy peligroso de lo novedoso con lo espectacular.

Lo novedoso es lo que hasta el momento en que se produce no era posible, y que por tanto abre caminos substanciales para bien o para mal. Lo novedoso es el cubismo, Le Corbusier y la revolución francesa. Lo novedoso es absolutamente deseable en todas las situaciones, y, al contrario de lo que dice ese blog, no es una dolencia de nuestro tiempo, porque en nuestro tiempo lo nuevo no existe. No sólo no producimos nada novedoso, sino que las novedades pasadas nos caen lejos y nos cuesta entenderlas.

Lo espectacular, en cambio, es lo que hace mucho ruido, o grandes gestos, aunque sean grandes gestos blancos y simples, con la intención explícita de mantener el mismo orden de cosas o, en ocasiones, incluso de aniquilar lo nuevo. Lo espectacular es el neoliberalismo y Zaha Hadid, pero también la social-democracia y Campo Baeza, e incluso el nazismo y Léon Krier. En nuestro tiempo hay muchas cosas espectaculares, especialmente, por suerte, con más intención de mantener que de aniquilar.

Y, entre medias, está lo banal. Lo banal no es ni bueno ni malo, ni cambia el estado de las cosas, ni se interesa por mantenerlo. Pintar una casa de colores fluorescentes en Reykjavik es banal, y como tal no es criticable ni hay que alegrarse de que el tiempo se lo lleve. Es más, lo banal es lo único que no cambia con el tiempo, porque si bien lo novedoso produce cambios eternos, lo banal constituye el tejido de los mundos: lo novedoso rompe los mundos y crea otros, y lo espectacular tiene por objetivo mantener cosas, así que necesita algo que mantener. Lo banal no es un "fracaso" con el que "el paso del tiempo y el desgaste [...] son implacables". Lo banal es cada tiempo particular en sí.

Anónimo dijo...

Y hoy en día, la aspiración de la enorme mayoría de arquitectos y estudiantes de arquitectura no es la de lo novedoso ni la de lo espectacular. El discurso imperante, y machacado hasta la saciedad por todos los rincones, es el de querer hacer una arquitectura banal, y a esto se le da varios nombres: "discreta", "sin adjetivos", "cotidiana", etc.

Como ya he dicho, esto no es criticable ni tampoco loable. Simplemente "es". Pero quien se apunte a ello, debe ser consciente SIEMPRE de que hará una arquitectura útil - y ¿útil a qué? A lo banal, a lo indiferente. El que haga arquitectura "discreta" debe ser consciente de que construye para que le pinten la casa de colores fluorescentes en Reykjavik y para que se la llenen de enanos de jardín en Parets. Ni bueno ni malo, simplemente lo discreto, lo normal y lo cotidiano, lo más sin adjetivos.

. dijo...

hola ie,
soy Jesús, autor de ecotopología epigonal.
a pesar de tu tono pretendidamente aniquilador te agradezco todos los comentarios, incluido el de "vomitivo". me han gustado tanto que los he publicado en el mismo blog y la entrada correspondiente de facebook. para que sumen, en vez de intentar destruir.
un saludo.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Hola, Jesús.
Me alegro - el tono es feo porque creo que la arquitectura es suficientemente importante como para gritar un poco, pero la intención no es creerme que zanjo algo por mi cuenta, sino gritarnos un poco los unos a los otros a ver qué nos podemos inventar por el camino, cosa que espero que pueda seguir pasando, y que pase aún más.
Un saludo desde aquí también.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Apuntzador dijo...

Por favor lean con detenimiento (y contrasten con el contenido de los artículos) las críticas de ie: son mucho más malas e inconsistentes de lo que parecen.

Johnny B Good dijo...

Pues ie, si te parece tan importante la arquitectura, te irá y nos irá mucho mejor si no gritas. Aprende a hablar como las personas. Busca otras manera de descargar tu odio. Quizá no sea necesario que leas más (nos quedó claro con tu despliegue de referencias), pero desde luego has de aprender a leer mejor e informarte antes de comentar a machete, sobre todo acerca de textos que distan mucho de ser "vomitivos" o "lamentables". Tus comentarios están plagados de contradicciones. Y te recomiendo que te olvides de "inventar por el camino". Se trata mucho antes de descubrir que de inventar. Relajar tu ímpetu quizá te ahorre el volver a hacer el ridículo.

Anónimo dijo...

Johnny: si a ti te interesa también la arquitectura y crees que se debe investigar sin inventar nada y sin gritar, argumenta y deja las personalidades (¿no es este el supuesto gran argumento de los "honestos"? ¿separar la arquitectura de las personalidades?) Me interesa saber cuáles son las contradicciones que plagan mis comentarios, porque, aunque algunos quieran un mundo con una Via Correcta y Honesta por "descubrir", trabajando sobre las contradicciones se "inventan" cosas. Nótese que yo he hablado de un texto que me parece vomitivo y uno que me parece lamentable, pero no de su autor, y es más, lo he hecho con la intención de dialogar. Y en un diálogo hay que tomar posiciones y gritar. Si no, no es un diálogo; es, como mucho, un acto protocolario.

Johnny B Good dijo...

De entre todas las perlas que has soltado creo que me quedo con esta última:
"Y en un diálogo hay que tomar posiciones y gritar. Si no, no es un diálogo; es, como mucho un acto protocolario."
Pronunciar frases lapidarias puede estar muy bien. A tí se ve que te gusta. Pero cuando son tan discutibles y endebles como las tuyas de nuevo haces el ridículo. Y luego te toca ir borrando los comentarios. Por suerte yo los he leído a tiempo y los he copiado. Son penosos. Has hecho bien en eliminarlos tú mismo.
Eres impetuoso y poco riguroso, mala combinación. Lees y entiendes muy superficialmente. Sobrevuelas como un ave carroñera y luego entras a matar sin haber entendido nada del fondo. Repasar tus contradicciones y mentiras (otorgas a las cosas significados que dudo mucho que sean el de la persona que las escribió, basado en prejuicios, pero atacas por ello) sería un esfuerzo inútil porque estás demasiado verde. Y además no te lo mereces por impertinente.
Tienes suerte de que esta haya sido una batalla conceptual. De ser verdadera estarías frito desde el primer minuto. Desde que sugeriste que vomitáramos.
Empieza siendo humilde, inventor de pólvora.

Anónimo dijo...

Me parece muy bien que yo te caiga mal, ¿pero dónde está la visión consistente de la arquitectura espectacular y la honestidad constructiva que puedes defender sin "ímpetu" y con "rigor"?

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Johnny, me parece que ie grita por gritar. De hecho creo que es justamente lo que hace la arquitectura deshonesta, gritar para hacerse notar, con este único propósito y sin reflexión previa. Los gritos han de sostenerse. Ie se queda en la superficialidad.

Anónimo dijo...

Humildad, humildad. Y respeto. Y un Ave Maria.
A eso deberan atenerse los mindundis que nos miran desde fuera del ruedo

Anónimo dijo...

Qué tiene que ver la humildad y el respeto con el Ave Maria?

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