En el año 2004, el despacho suizo stump & schibli architekten, obtenía el primer premio para la realización del nuevo hospital para niños en la ciudad de Basel, en el emplazamiento que ocupaba hasta dicho momento la cárcel de la ciudad.
El nuevo hospital debía coronar spitalstrasse, una calle repleta de emblemáticos edificios construídos por renombrados arquitectos, entre ellos, el hospital cantonal, la farmacia del hospital cantonal, de Herzog de Meuron, el hospital para mujeres por Silvia Gmür , así como la oficina de Morger-Dettli arquitectos o la escuela Vogesen construida por Diener & Diener.
Sin duda, una calle interesante.
El nuevo hospital para niños llama la atención por su colorida fachada, que cambia de apariencia dependiendo del punto de vista. Es decir, caminando a lo largo del edificio, experimentamos una degradación del rojo al amarillo, y de ahí al verde. Esto es posible gracias a que el panel de fachada, cristal, queda cubierto por una hoja de aluminio, de cierta textura, que refleja la luz en diferentes puntos. El control de dicho efecto es realizado mediante la ciencia de la nanotecnología, que empieza a encontrar sus aplicaciones en la arquitectura.
A ésto, cabe añadir el sistema de loggias en las fachadas de calle, protegidas por una lámina de metal expandido para permitir a los niños “jugar al aire libre”. Durante la noche las loggias son iluminadas por extravagantes colores a juego con el resto.
Las habitaciones de los pacientes dan a patios interiores ; a lo largo de la ventana se han construído bancos que pueden convertirse en camas para los padres. Los pasillos interiores son anchos y luminosos, las paredes coloreadas y el mobiliario totalmente adaptado para niños.
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